Casa Lorenzo


Ir a este Restaurant puede representar toda una experiencia nada agradable. En primer término: los parqueros. Debes esperarlos por lo menos unos cinco minutos. Cuentan con un estacionamiento justo al lado del restaurant por lo que resulta inexplicable su tardanza. El ticket que te dan como garantía para poder retirar tu vehículo es sólo un papel en blanco que indica la placa del mismo.

La fachada del restaurant y el local en sí mismo no resultan desagradable. Si es un poco sobrecargado por la cantidad de colores y estilos mezclados que posee, sin embargo, pareciera una sala de recreo donde poder comer.

Te recibe una chica agradable que a simple vista parece muy servicial y se limita a su trabajo, conseguirte una mesa o acompañarte a la que tú mismo elijas. Te recomendamos preguntarle antes de entrar a esta chica si todo el personal vino a trabajar, de lo contrario el mal rato en el servicio es de grandes dimensiones.

Una vez sentado en la mesa, nos informan que ese día faltaron 3 mesoneros y 2 ayudantes, pero que el que nos iba a atender iba a hacer su mejor esfuerzo. Esto quedó solo en palabras.

Este restaurant consta de dos pisos. Una planta baja donde se encuentra la cocina y una barra amplia con un horno de leñas al final. El piso 2 consta sólo de mesas, una mini barra que sólo funciona como fregadero de vasos y los baños.
Para ordenar las bebidas estuvimos esperando más de 25 minutos. Una vez ordenadas, para que llegaran fueron otros 15 minutos. La orden de la comida tuvimos que entregarla en una servilleta anotada y tardó no menos de 45 minutos en llegar a la mesa y eso porque Ambar bajó a la barra donde se encuentra el horno de leñas y vio que nuestras pizzas ya estaban listas y ella mismas las subió.

La calidad de la comida es extremadamente regular. Unas pizzas a medio cocer. Una focaccia rellena de queso crema con jamón serrano realmente espantosa ya que literalmente es un pan pita cortado de por mitad, rellena y colocada al horno. Un solomo cuyo sabor denota que ha estado guardado en la nevera por lo menos 7 días.

Cabe resaltar un papelón con gengibre que al principio resulta chocante, pero que luego, una vez diluido el poco hielo que ponen a las bebidas, su sabor mejoró.

La calidad del servicio es realmente espantosa. Hablamos con el dueño y literalmente no sabía qué hacer. Se estaba haciendo la pregunta si era necesaria la contratación de 40 mesoneros en total para poder atender el local, lo que evidencia que al momento de montar este restaurant se basaron en la inexperiencia y en la improvisación.

En definitiva, una experiencia no agradable que ninguno de nosotros volverá a repetir y por supuesto no recomendará jamás.

Saludos.

Comentarios

Entradas populares