Historia del Mantel
El mantel
es una cubierta de tela (lino, algodón o cualquier otro telar), o de plástico
que se utiliza para cubrir la mesa.
El uso
como tal del mantel en la mesa puede remontarse a la época romana. Cuando fue
invadido el imperio romano por los bárbaros, éstos se dividieron prácticamente
entre los que adoptaban las costumbres de los conquistados o los que seguían
con las costumbres primitivas. Dado que la mesa era tan importante durante la
decadencia de Roma, pasó a ser un centro de tragonería llena de falta de
refinamiento, por lo que el mantel quedó prácticamente en desuso, para
reaparecer posteriormente avanzada la edad media, desarrollándose su uso, tal y
como se puede evidenciar de las distintas pinturas que surgieron en dicha
época, mostrando el uso de manteles en la mesa como por ejemplo en los retratos
que tomaban como escenario la Santa Cena.
En el
siglo XIII, en las cortes más importantes de Europa, se hizo mucho uso de los
manteles, adquiriendo casi un simbolismo popular.
Es en
esta edad media, que el mantel era usado para comer con sus iguales, lo que se
traducía en un símbolo de respeto, ya que si el anfitrión de un banquete te
hacía comer en una mesa en su mismo mantel, significaba que te igualaba a su
status.
Sin embargo, en Francia, dado la
importancia que revestía el uso de un mantel en una mesa, era costumbre cortar
el mantel ante un caballero acusado de cobardía.
Carlos Fisas, en su libro Historias de
la Historia, toma como ejemplo un evento ocurrido en la festividad de la
Epifanía, de la siguiente manera:
“el rey Carlos VI de Francia se encontraba
almorzando con varios señores ilustres, entre los que se encontraba Guilklermo
de Hainault, conde de Ostrevant. De pronto, entró un heraldo, que cortó el mantel
ante el conde, al tiempo que le anunciaba que un príncipe sin armas era indigno
de comer en la mesa de un rey. Guillermo respondió que como los demás señores,
llevaba escudo, lanza y espada.
-No
señor; esto es imposible, pues vuestro tío fue muerto por los frisones y hasta
hoy su muerte ha quedado impune, y no hay duda de que, si llevaseis armas,
tiempo haría que hubiese sido vengado.”[1]
Fue
entonces que el uso del mantel se ha extendido hasta nuestros días, observando
para su uso las distintas reglas que la etiqueta y, dependiendo del protocolo
que se trate, se utilizará de diversas maneras.
El
hombre, a través de sus actos y costumbres, crea muchos simbolismos. Uno de
ellos es precisamente el uso de los manteles.
Como ya
bien se dijo, los manteles representaban un status social alto, una señal de
refinamiento que sólo podía comer sobre él quién tuviera la suficiente fortuna
o status social que se lo permitiera, debiendo comer sin mantel los pobres.
Tan
cierta es esta situación, que en las Constituciones de los Padres Capuchinos, pregonaban
“Y en señal de pobreza no se usen en la
mesa manteles, sino solamente una servilleta pobre por fraile”, debiendo
entonces ser casi un dogma que los frailes tenían que brillar por su pobreza,
obteniendo en la mesa sólo el llamado manutergio, que no es otra cosa que el
paño usado para limpiar el cáliz, por lo que el mantel ha sido señal de
prepotencia, de allí que incluso, para criticar esa postura de nuevo rico de
una persona que acaba de obtener riqueza, decían con desdén “Quien de
servilleta pasa a mantel, - ¡Dios nos libre de él!”.
Incluso
en el Don Quijote de la Mancha, Miguel de Cervantes hace referencia al uso de
distintos tipos de manteles para cada categoría de invitados a un banquete,
siendo entonces señal de respeto el uso del mantel. Incluso, los caballeros de
la Edad Media se rehusaban a comer sobre manteles hasta que no realizaran una
proeza extraordinaria.
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